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Los componentes principales de un sistema de suspensión neumática, como los fuelles de aire y los amortiguadores, contienen componentes de goma. El caucho es un producto natural propenso al desgaste, lo que hace que el fuelle sea el primer elemento en sufrir deterioro. Con el paso del tiempo, la goma se seca, se pudre y se forman pequeñas grietas. En concreto, un fuelle de aire puede presentar grietas después de aproximadamente cinco años de uso regular.

Las condiciones exteriores, como el clima, el estado de la carretera y la constante abrasión de la suciedad, por citar algunos ejemplos, también influyen en el funcionamiento y la vida útil de estos componentes de la suspensión neumática. Además, las temperaturas más frías hacen que el caucho sea menos flexible incluso, a temperaturas por debajo de 0°C, la goma de un fuelle de suspensión puede volverse extremadamente rígida, lo que afecta negativamente su rendimiento y durabilidad. Del mismo modo, las condiciones más cálidas hacen que el caucho se seque más rápido. Es importante tener en cuenta que tanto las temperaturas frías como las extremadamente calientes pueden provocar el toque final del fuelle desgastado, ocasionando su ruptura.

Cuando el fuelle o el amortiguador lleguen al final de su vida útil, se recomienda reemplazarlos en pares aunque el daño solo sea visible en un lado del vehículo. Con total certeza, la pieza del otro costado ha estado expuesta a las mismas condiciones climáticas y de la carretera que el lado defectuoso y, por lo tanto, ha sufrido el mismo estrés mecánico. En consecuencia, existe una alta probabilidad similar de que tanto el fuelle como el amortiguador que no ha fallado presenten problemas en un futuro cercano si no se reemplazan.

En el caso de los amortiguadores hidráulicos convencionales, también se recomienda cambiarlos en parejas para evitar diferencias en la eficiencia de amortiguación en el mismo eje. Esta diferencia de funcionalidad de amortiguación entre el nuevo y el antiguo también ocurre en los amortiguadores neumáticos para la suspensión adaptativa/autonivelante, a lo que, además, hay que sumar la diferencia de elasticidad entre la goma nueva y la no sustituida.

Si no se sustituyen por parejas los fuelles y los amortiguadores, ya sean hidráulicos o neumáticos, la maniobrabilidad y la estabilidad del vehículo se verán sustancialmente afectados y comprometidos, lo que podría provocar un comportamiento de conducción impredecible y situaciones peligrosas.

Además de la sustitución del caucho, también son importantes el resto de los componentes en la composición de las piezas, como las abrazaderas de fijación, las juntas tóricas, el material del pistón interior, las electroválvulas y los racores de admisión de aire.

En resumen, es fundamental prestar atención al mantenimiento y reemplazo adecuado de los componentes de la suspensión neumática para garantizar la seguridad y el confort en la conducción.

Recuerda que los fuelles y los amortiguadores deben ser sustituidos en pares, considerando las condiciones climáticas y el estrés mecánico al que están expuestos.

Y mantén tu vehículo en óptimas condiciones para disfrutar de una experiencia de conducción segura y sin contratiempos.